Este sitio utiliza cookies, propias y de terceros, para dar un mejor servicio. Si continuas navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.
No te lo pierdas No te lo pierdas

Abril 2024

L M X J V S D
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30
Cerrar
PSE EUSKADI

PSE-EE PSOE Euskal Sozialistak

Documentos

compartir  compartir

Intervención de Idoia Mendia ante el Comité Nacional del PSE-EE

Intervención de la Secretaria General del PSE-EE, Idoia Mendia, ante el Comité Nacional de los Socialistas Vascos

 

Bilbao, 11 de julio de 2018

 

Arratsaldeon guztioi. Buenas tardes, compañeros y compañeras. Lo primero que quiero hacer es felicitaros, porque estamos de cumpleaños. Tal día como hoy, un 11 de julio de 1886, aquí en Bilbao, nació la primera agrupación socialista de Euskadi. El partido de mayor arraigo en esta tierra, el que más tiempo lleva comprometido con la ciudadanía vasca. Dando respuestas donde otros se quedan haciéndose preguntas. Ofreciendo soluciones donde otros sólo plantean problemas, garantizando pluralidad donde otros pretenden uniformidad.

 

Estamos aquí porque a lo largo del tiempo otros y otras fuimos cogiendo ese testigo en favor de la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia social. Estamos aquí porque siempre ha habido ciudadanos y ciudadanas que han confiado en que el socialismo era la fuerza transformadora, la que garantizaba sus derechos. Es bueno que recordemos lo que ha movido, desde siempre, al socialismo y lo que le ha convertido en la referencia política más útil a la ciudadanía durante más de un siglo. Por tanto, celebramos esta reunión ordinaria de nuestro máximo órgano entre Congresos en un día especial que coincide con un momento especial.

 

El tiempo en que culminamos la apertura de un nuevo ciclo en España que aquí sentimos como la consolidación del tiempo que abrimos hace 9 años. Porque el primer Gobierno socialista de Euskadi rompió definitivamente la política de trincheras y la sustituyó por la política de acuerdos entre diferentes. Un cambio de rumbo que no debe tener marcha atrás.

 

Y permitidme una reflexión personal. Este domingo se cumplirán 4 años desde que decidí pedir la confianza de este partido para devolverlo a donde merece vuestro compromiso y vuestra militancia. Para devolverle a los lugares donde se toman las decisiones que cambian la vida de la gente.

 

Entonces, repito que hace sólo 4 años, estábamos en la oposición. En todas partes: en España, en Euskadi, en las Diputaciones, en la gran mayoría de los ayuntamientos. Surgían competidores por la izquierda que ofrecían titulares rápidos con respuestas fáciles para problemas complejos y de largo recorrido.

 

El nacionalismo distraía los gobiernos en sus problemas y cuitas identitarios y se desentendía de los graves problemas y grandes retos que tenía la ciudadanía. Nuestro partido, bien lo sabéis, se distraía demasiado en sus cosas internas.

 

Me comprometí a devolver al socialismo a la centralidad, a ser el referente para cambiar las cosas, atendiendo desde la calle las demandas de los convecinos y atendiéndoles desde los boletines oficiales, que es donde nos enseñó Ramón Rubial que se hacen las revoluciones.

 

Hoy, gracias a vuestro esfuerzo, el socialismo está en la mayoría de los gobiernos municipales, en los forales y en el de Euskadi. Hoy, gracias a vuestro esfuerzo, al de toda la militancia que supo hacer los deberes internos a tiempo, hemos demostrado que somos un partido preparado. Capaces de ofrecer una alternativa inmediata en el Gobierno de España, con Pedro Sánchez al frente y un equipo repleto de personas plenamente capacitadas y reconocidas.

Quiero reiterar aquí el agradecimiento del socialismo vasco al Presidente por haber estado a la altura de la responsabilidad exigible. Por atreverse a dar la cara cuando Rajoy se atrincheró en La Moncloa, sin atender a los pensionistas, ni a las mujeres, ni a quienes reclamaban salarios dignos, ni a los jueces que condenaban a su partido por corrupción.

 

Tras 6 años de abandono a la ciudadanía y de desprecio al resto de los grupos políticos, vuelve a haber un Gobierno que escucha a la calle, que escucha a todos los territorios del país y que escucha a todos los partidos. Tras 6 años de un Gobierno que sólo buscaba en Europa la excusa para justificar el desmantelamiento de los derechos, hay un Gobierno que ocupa el lugar que nos corresponde en la Unión, que no duda en atender su obligación humanitaria y que no duda un segundo en implicarse en el liderazgo de la Europa que queremos.

 

Éste es el nuevo tiempo político abierto con Pedro Sánchez. Un tiempo de regeneración social, política y europea en el que el socialismo vasco se siente especialmente cómodo y responsable. Porque hoy, por primera vez desde 1996, el socialismo está en todos los sitios donde se toma una decisión que afecte a la vida de las vascas y vascos, alineados en todas las instituciones.

 

Y cuando el socialismo ha vuelto a ocupar el papel central, millones de personas en España, una mayoría en Euskadi piense como piense, tiene la convicción de que se abren ventanas, se orea el ambiente, y se recuperan esperanzas. Que se recupera la esperanza para la mitad de la población, las mujeres, de ocupar el lugar que tenemos ganado para liderar las políticas transformadoras. Que se recupera la esperanza de la reconquista de derechos sanitarios, educativos y laborales. Que se recupera la esperanza de la sostenibilidad de las pensiones públicas…

 

Egoera goitik behera aldatu egin dugu. Lau urtetan erakunde guztietako Gobernuak eskuratu ditugu. Udalak, Foru Aldundiak, Eusko Jaurlaritza, Espainiako Gobernua.

 

Gaur, euskal gizartean eragina duten ia politika guztiak, Sozialisten esku daude.

 

Sozialistei esker, herritarrak eskubide sozialak berreskuratzen ari dira. Sozialistei esker, osasun eta hezkuntza publikoak indartzen ari gara. Pentsioen etorkizuna bermatzen ari gara. Espainian eta Euskadin elkarbizitza eta akordioaren aldeko garai berri bat irekitzen ari da. Eta hori guztia posiblea da, Sozialistak herriaren lidergoa lortu dugulako. Momentu latzenetan, zuek ez duzuelako amore eman.

 

Somos copartícipes de esa sensación de alivio que se extiende en la sociedad. Pero sobre todo somos corresponsables en convertir la sensación en certezas. Tenemos la alegría por haber conseguido recuperarnos. Pero os pido sobre todo que sintamos la responsabilidad de responder a las expectativas y conseguir que esa mayoría aliviada vuelva a confiar en el socialismo en los próximos retos electorales.

 

Y lo vamos a hacer sin miedos, como no tuvimos miedos en la época oscura que acabamos de dejar atrás. La de las imposiciones por mayoría absoluta, la del desmantelamiento del Estado de Bienestar, la de la confrontación de territorios. Este curso político arrancó casi obsesionado con los conflictos generados por el independentismo catalán y lo cerramos con propuestas de soluciones para el conjunto de la ciudadanía.

 

La agenda ciudadana, sus problemas y sus derechos, han vuelto al centro de la agenda institucional, como habíamos conseguido instalar antes aquí, en Euskadi. Y el diálogo vuelve a ser el instrumento con el que resolver las diferencias. El diálogo ha hecho posible el importantísimo acuerdo cerrado hace un par de semanas entre los principales sindicatos y la patronal, que debe repercutir en todos y todas las trabajadoras.

 

Y cuando decimos todos y todas hablamos también de Euskadi. Ya vale de excusas, de unos y otros, de ELA y LAB y de Confebask. Ya vale de minimizar la fuerza que supone para los derechos laborales la recuperación de la negociación colectiva y la ultraactividad. Ya vale de minimizar el acuerdo para la subida de los salarios.

 

Quiero aprovechar este Comité Nacional para pedir al conjunto de los agentes sociales vascos que se sienten en la mesa y trasladen a Euskadi esta oportunidad para la clase trabajadora. Ha habido errores y se han . Y ratificamos el compromiso socialista en volcarnos en esa apuesta, la de trenzar confianzas entre los agentes sociales para recuperar derechos. Lo dije en el anterior Comité Nacional, que era una de nuestras urgencias, y lo repito ahora. Porque sigue siendo una urgencia.

 

Como nos ratificamos también en la apuesta inequívoca que hicimos en el último Comité de enero para garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Las movilizaciones de nuestros mayores nos pillaron a los socialistas con un despliegue por todo el país explicando que no nos íbamos a resignar, que no era inevitable que las personas pensionistas se empobrecieran, que no era inevitable tener que abrirse planes privados porque el sistema público iba a la quiebra.

 

Y aquí, específicamente en Euskadi, nos pilló explicando que esa solidaridad entre territorios y generaciones es innegociable. Que por mucho que algunos de vez en cuando aireen determinadas aspiraciones que satisfagan a unos pocos, los socialistas vamos a garantizar los derechos que se han ganado nuestros pensionistas. Que sus ingresos y su dignidad no se van a poner a subasta nacionalista. Con las ideas claras, hemos acompañado a los demandantes en las calles y hemos trasladado su reclamación de pensiones dignas, que es la nuestra, a las instituciones.

 

También apelamos aquí a la responsabilidad de todos los partidos, al nuestro pero a todos los demás que propiciaron el relevo en el Gobierno de España, para favorecer los acuerdos imprescindibles para dar estabilidad a nuestro sistema público.

 

Y otra de las prioridades que fijamos en nuestro último Comité era la de la plena incorporación de la mujer al puente de mando de la economía, de la responsabilidad política, del protagonismo social. Lo teníamos tan claro que no dudamos en formar parte del llamamiento feminista del 8 de marzo, de participar en cada paro laboral, en cada manifestación, en cada grito que proclamara el derecho de la mitad de la población a la igualdad plena, sin restricciones.

 

Lo hicimos con tanta convicción como las muchísimas miles de personas que participaron en una movilización histórica. Un día, cuando se repasen esas fotos que fueron portada de medio mundo, quienes formamos parte de este partido diremos con orgullo: yo estuve allí.

 

Estuvimos allí como estuvimos y lideramos, desde cada Gobierno socialista, todas y cada una de las leyes que han allanado nuestro camino de la igualdad y de la libertad de casarnos o no, de tener hijos o no. Y estamos de nuevo al frente de un Gobierno de España de reconocida impronta feminista, dispuestas otra vez a dar un nuevo salto en igualdad y libertad.

 

Feminismoaren alderdia gara. Eta horregatik xede dugu emakumea jartzea gure politikaren erdigunean. Berdintasunaren alderdia gara. Eta horregatik ez dugu inor bide bazterrean utziko. Akordioaren alderdia gara. Eta horregatik, Gobernu honen lehenengo neurria izan da elkarrizketa sustatzea.

 

Elkarrizketa sindikatu eta enpresekin, lan baldintza duinagoak bermatzeko. Eta elkarrizketa, be bai, Euskadiko eta Kataluniako Gobernuekin. Gizarte plural bat garelako, eta soilik denon artean konponduz, lortuko dugulako aurrera egitea.

 

Porque las grandes causas necesitan siempre al socialismo para encauzarse, como venimos haciendo desde hace 132 años en esta tierra. Y otra de nuestras grandes causas, imprescindible para este partido, es el de la garantía de la pluralidad. En esa tenemos que seguir batallando también con firmeza. Sabéis que en estos últimos meses el nacionalismo ha desempolvado su viejo testamento y ha vuelto a apelar al pueblo único, la identidad única, la lengua única, la distinción entre ciudadanía y nacionalidad.

 

Nos preocupa, y más en un siglo XXI donde tenemos que abrirnos al mundo para dar respuesta a los grandes retos demográficos, tecnológicos, medioambientales. Nos preocupa, con todo lo que nos ha costado vencer a los totalitarismos, a la dictadura franquista y a la que pretendió ETA, que hoy nos vuelvan a hablar de que las reglas que pactamos para convivir quedan desdibujadas si al toque bocinero se decide incumplirlas. Nos preocupa que haya quien pretenda ofrecer para el futuro de Euskadi el espejo roto de Cataluña.

 

Y aquí el socialismo va a dar la respuesta que espera la ciudadanía. No nos vale quedarnos en los reproches. Lo que más nos vale a los socialistas, pero lo único que le va a valer a la ciudadanía, es que sigamos siendo la garantía de esa pluralidad que hay en nuestras calles. Seguir siendo la garantía de una Euskadi conformada por personas libres y con derechos dentro de un orden democrático de convivencia.

 

Es por lo que trabajamos en todos los gobiernos. Por eso decidimos participar en ellos, para que se volcaran sin distracciones en atender los derechos ciudadanos sin mirar el color ni el carnet de nadie. Para ponerles a cubierto de cualquier tentación de primar identidades colectivas uniformizadoras.

 

Lo hacemos desde los Gobiernos, pero también en el Parlamento. Allí seguimos trabajando nuestro compromiso profundo e histórico con el autogobierno vasco, con la capacidad de utilizar todas las herramientas de nuestro Estatuto para conseguir un país que ha progresado con un alto grado de cohesión social.

 

Desde la convicción de que es el mejor pacto de convivencia que jamás hemos sabido construir, y que lo hemos hecho sumando fuerzas entre las diferentes formas de sentir el país.

 

Esa es la base sobre la que debe sustentarse cualquier mejora: la de ensanchar derechos, la de ensanchar consensos, la de subrayar lo mucho que nos une.

 

Y esa es la alternativa que ofrecemos frente a quienes se han conformado con sumar mayorías nacionalistas y diseñar un país para nacionalistas, donde se abra la puerta a diferenciarnos cada día más.

 

No va a ocurrir. No va a pasar. No va a suceder porque, como sabéis y saben perfectamente sus autores, un texto de este tipo puede servir a algunos para justificarse ante los suyos, pero no va a llevarse nunca a la práctica.

 

Pero sobre todo no va a ocurrir porque los socialistas no consentiremos que se anule la pluralidad, como no lo consentimos en el pasado aunque nos mataran por ello.

 

Defendemos sin matices una Euskadi mestiza y solidaria, donde las normas nos den plena seguridad a todos y a todas para ejercer nuestros derechos, y donde la lealtad y la cooperación sustituyan al victimismo y el sectarismo.

Ez dugu onartuko euskal gizartearen pluraltasuna ezeztatzen duen Estatutua. Ez dugu onartuko herritarrak bitan zatitzen dituen Estatutua. Euskadi solidario eta mestizo bat defendatzen dugu. Sektarismoa eta biktimismoaren aurretik, berdintasuna eta eskubideak jartzen dituena. Gernikako Estatutua da inoiz izan dugun elkarbizitzarako akordiorik sendoena.

 

Eta erreformatzen badugu, eskubideak zabalduz izan behar da, akordioak hedatuz, batzen gaituena indartuz, eta ez aldrebes. Hauxe da Sozialiston ekarpena. Hauxe da Sozialistok defendatuko dugun eredua.

 

Y me he referido un momento a ese pasado en el que nos mataban por querer ser libres y ser vascos como nos diera la gana. En este Comité en el que hacemos balance de lo que ha ocurrido en estos meses quiero referirme a algo de lo que ya nadie se acuerda: el pasado mayo ETA se disolvió. Hasta hace bien poco nuestro mayor anhelo era la desaparición del terrorismo, nuestra mayor tortura. Pero aquello ocurrió, con un Gobierno socialista en España y un Gobierno socialista en Euskadi, cuando forzamos a la banda que dejara de matar. Fue en 2011, cuando fuimos libres por fin.

 

Los seis años y medio siguientes ha sido el tiempo que han necesitado para asumir su derrota quienes nos querían eliminar y quienes les aplaudían. Ya falta menos para oírles decir lo que la inmensa mayoría sabemos desde siempre: que matar estuvo mal pero sobre todo que fue profundamente injusto. Ya falta menos para que realmente podamos construir la convivencia, la que se basa en el respeto escrupuloso de la dignidad humana, la que deja de dañar a las víctimas, la que destierra cualquier forma de imposición y admite la pluralidad de ideas y sentimientos.

 

Pero no tenemos que esperar a nadie. No lo estamos haciendo. Los socialistas seguimos construyendo país, y buscamos con intensidad el acuerdo entre diferentes. Lo hacemos cada día allá donde estemos. Y lo estamos consiguiendo. Porque, aunque en muchas ocasiones parezca otra cosa, los datos no engañan: no se recuerda en el Parlamento legislatura en el que haya votaciones más cruzadas y variadas que en ésta. Por encima de titulares huecos, con quien más acordamos es con Bildu y Podemos. Y son tan frecuentes las veces que coincidimos con el PP como las que el PP coincide con Bildu y Podemos.

 

Sin problemas, sin cinturones sanitarios. Sin que nadie pueda hacer ningún reproche a nadie sobre en quién se apoya o se deja de apoyar. Todo es legítimo. Pero nuestra posición la marcamos al principio de la legislatura. Decidimos forjar un cauce central sobre el que articular acuerdos con distintos y sin exclusiones. Los socialistas asumimos nuestra responsabilidad para trabajarlos, pero esperamos que nadie sienta vértigo para pactar.

 

Nosotros seguiremos buscando conciliar voluntades sobre los mínimos para impedir que los máximos de cada cual perjudiquen a la ciudadanía. Reiteramos este llamamiento porque tras el verano entraremos en un curso en el que existirá la tentación de mirar de reojo a las urnas próximas, de pensar más en algún voto que se pueda arañar que en algún derecho que se pueda conquistar. Y los socialistas queremos que no se tire por la borda electoral toda la agenda que tenemos por delante.

 

i, las que transforman sus vidas, sus barrios, sus ciudades. Las que os mueven en vuestros municipios, por las que os piden explicaciones por las calles. Las que hacen ganarse la confianza de manera incontestable, como bien nos ha demostrado Totorika en estos 27 años en los que ha dado la vuelta a Ermua como un calcetín, que le ha hecho un referente de transformación, de calidad de vida, de empleo y de dignidad, de inmensa dignidad y liderazgo ético.

 

Totorika es un espejo en el que nos reflejamos en este partido con una profunda vocación municipalista. Un partido que desde su nacimiento volcó sus principios de justicia social y solidaridad en los ayuntamientos. Un socialismo vasco que tiene el honor de haber llevado por primera vez en la historia española a representantes obreros a las instituciones, al Ayuntamiento de Bilbao.

 

Son nuestros orígenes, defender los derechos desde lo más cercano, porque es lo que hace más fuerte la ciudadanía. Por eso, por nuestra convicción municipalista, reclamamos que los ayuntamientos dejen de ser los convidados de piedra y se sitúen en el primer nivel de poder, junto con Diputaciones y Gobierno Vasco. Es la forma de blindar que nuestros ayuntamientos garanticen los servicios a los vecinos.

También de esto va el autogobierno.

 

Ya es hora de que las instituciones dejen de rebañarse competencias entre unas y otras y se reordenen para ser más eficaces. Ya es hora de dejar de reclamar tanto hacia afuera y de organizarnos mejor hacia dentro. Los ayuntamientos son la primera puerta a la que acude la ciudadanía. Y cuanto más fuertes sean esos ayuntamientos, más fuertes serán los derechos de los vecinos y vecinas.

 

Ésta es la tarea que tenemos por delante. Iniciamos el recorrido interno para consolidar liderazgos y para abrir las puertas a quienes quieran mejorar sus municipios de la mano del socialismo. Es el momento de recorrer nuestras calles y barrios con propuestas renovadoras, con ganas de escuchar y ganas de aportar. Y este momento nos llega cuando nos hemos ganado la responsabilidad de dirigir todo el país. Sabemos que la ciudadanía respira aliviada y espera respuestas. Es ahí, ofreciendo esas respuestas, como vamos a recuperar la confianza en las urnas.

Tenemos que conseguir un país digno, de iguales, con derechos, que es el que empezó a trabajar el socialismo desde el ayuntamiento de Bilbao hace ya 132 años y alcanza de nuevo hasta el Gobierno de España. Estamos en el camino. Cuento como siempre con vuestro esfuerzo. Muchas gracias.