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Intervención de Idoia Mendia en el desayuno informativo de Isabel Celaá


Bilbao, 11 de febrero de 2019

Egunon guztioi. Buenos días y muchas gracias por dar de nuevo voz en esta tribuna a lo que los Socialistas estamos haciendo desde las distintas instituciones. Porque foros como éste se están volviendo más imprescindibles que nunca para la política con mayúsculas. Para la política que sirve para presentar soluciones a los retos que tenemos por delante. Para escuchar y contrastar acciones de los partidos y de los Gobiernos, como viene a hacer hoy la ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del Gobierno de España, Isabel Celaá.

Seguro que lo vas a agradecer, Isabel. Porque, muchas veces, el ruido, los exabruptos y el enredo impiden que lleguen con nitidez las propuestas, las respuestas, las acciones que en estos casi ocho meses estáis no sólo poniendo en marcha, sino que están llegando ya a los hogares de millones de españoles, de decenas de miles de vascos y vascas, que se están dejando sentir entre la gente.

Hablo de la revalorización y actualización de las pensiones, que constatan ya medio millón de vascos, nueve millones de personas en toda España. Hablo de ese empujón a los ingresos de tantos miles de trabajadores, con la subida del Salario Mínimo Interprofesional, del plan de lucha contra el fraude laboral, o del que combate la discriminación de las mujeres…

Todas esas decisiones (que pueden ser aplaudidas o contestadas; que pueden ser criticadas o mejoradas) pero que algunos partidos están intentando que no se vean, a base de echarles paladas de frases huecas y eslóganes de ocasión. Lo hacen porque, sobre todo, se desvela que no era verdad lo que nos decían. Que no era verdad que teníamos que resignarnos a un país más desigual.

Por eso tiene especial mérito el empeño de Isabel cada semana. Aunque quienes le conocemos bien, quienes hemos tenido la suerte de trabajar con ella, ya sabíamos que no se iba a arrugar ante el desafío que le propuso el presidente Pedro Sánchez.

Y es que ser portavoz es bastante más que ser la cara de un Gobierno. Es una experiencia que conozco bien. Es la responsabilidad de rendir cuentas cada semana, o en cada ocasión que te requieren los medios y los grupos de la oposición.

Pero para cuando Isabel se sentó en la sala de prensa de la Moncloa llevaba mucho camino hecho. El camino de quien se ha bregado en Euskadi en la construcción de nuestro autogobierno. El camino de quien sabe cómo se fragua un acuerdo educativo de largo recorrido. Como le correspondió hacer a ella desde la trastienda, con José Ramón Recalde primero y Fernando Buesa después, haciendo posible la Ley de la Escuela Pública Vasca, que ya lleva un cuarto de siglo en vigor.

Es el camino recorrido de quien supo rebelarse ante las inercias, y propuso modernizar nuestras aulas. Introducir el inglés como referente, sin miedo, a pesar de quienes auguraron que esto era un ataque al euskera. Y demostró que no. Que sin su apuesta de hace dos legislaturas, hoy no estarían reclamando todos los partidos un esfuerzo mayor en el trilingüismo, como un derecho de nuestro alumnado a prepararse para el futuro con todas las herramientas (también las lingüísticas) que les hagan ser competitivos en el futuro.

O como se atrevió (a pesar de todo y de todos) a que en esta formación de nuestros jóvenes se incluyera una opción desconocida: la opción a que conozcan que en este país hasta hace bien poco, había quienes mataban a otros para imponer su proyecto, y que sólo consiguieron sembrar un injusto sufrimiento en muchas familias. Era el programa de víctimas educadoras, el que hoy se conoce como Adi Adian, que en su momento se tachó de cualquier cosa. Y cuando aún quedan rastros en las hemerotecas de aquello del “intento de adoctrinamiento”, cuando el tiempo ha demostrado que los acusadores no tenían razón, en España atruenan otros, desde otros extremos, con los mismos argumentos, contra los planes de reforma educativa.

¡Qué poco conocen a Isabel! Qué poco saben de una ministra que si algo ha defendido a lo largo de su trayectoria política, si algo ha demostrado, y si algo ha practicado en su compromiso público es la defensa de la libertad de pensamiento y de la libertad de cátedra, pero desde principios democráticos y éticos firmes.

Quienes sí le conocemos sabemos de su constancia y de su capacidad de persuasión, de su capacidad de convencer, de su capacidad de diálogo y consenso. ¡Y cuánta falta hace en este momento, en la que todo parece zarandearse, que haya responsables políticos de su altura y de su visión de futuro!

Porque nos sobran videntes y nos hacen falta mujeres y hombres visionarios, que son cosas muy distintas, nos sobran quienes no saben ver más allá de convocatorias electorales y nos hacen falta más mujeres y hombres que miren a sus vecinos, a los ciudadanos, a sus problemas, y les den respuestas que les solucionen sus problemas de hoy y les preparen para afrontar los que vengan mañana.

El miércoles sabremos definitivamente si quienes quisieron unas políticas alternativas a las del Gobierno del PP siguen dispuestos o no a esa tarea. Si están dispuestos o no a hacer posible unos nuevos Presupuestos que consoliden la nueva agenda política que empezó a escribir el presidente Pedro Sánchez el pasado junio. O si prefieren retroceder siete años, sino 40, como han mostrado este domingo.

Heldu da erabakiak hartzeko garaia. Eta denok busti behar gara.

Ekainan ireki genuen aro berri hau mantentzea, alderdi guztien erantzukizuna da, ez bakarrik Sozialistena. Horixe da mahai gainean dagoena, alderdiek erantzun behar duten premia.

Es necesaria una apuesta por un tiempo de diálogo y acuerdos, para la ciudadanía y entre los territorios. Una apuesta que, mediante la colaboración leal entre Gobiernos, como estamos haciendo desde el de Euskadi, permita desarrollar el autogobierno, respetando las reglas que hemos pactado.

Ése es el camino útil, el que no conduce a los tribunales, sino a las soluciones. El que emprendimos aquí cuando los Socialistas decidimos formar parte del Gobierno vasco, el que da continuidad el Gobierno de España.

El que nos explica Isabel. Con ella os dejo.