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1. El Empleo nuestra prioridad
- La reforma de LANBIDE.
- Formación para el empleo.
- El diálogo social.
- La inspección de trabajo.
2. Crecimiento Económico y Modelo Productivo.
- Marco Presupuestario.
- Una Euskadi Productiva.
- Industria.
- Investigación, Innovación y Tecnología.
- Internacionalización de la economía vasca.
- Tamaño Empresarial.
- Cooperación Empresarial.
- Emprendedores.
- PYMES, Empresas Familiares y Autónomos.
- Economía Social.
- Participación de los Trabajadores.
- Energía y Economía Verde.
- El Sector Financiero Vasco.
- Agricultura y Medio Rural.
- Sector de la Madera y Forestal.
- Pesca.
- Comercio.
- Consumo.
- Alimentación.
- Hostelería.
- Turismo.
3. Planes Especiales de Actuación en Comarcas y Municipios.
4. Un país. Tres haciendas. Una fiscalidad.
- Más cultura fiscal.
- Ámbitos y armonización de la fiscalidad.
- Tolerancia cero contra el fraude fiscal.
- Un sistema fiscal más justo y progresivo.
1. EL EMPLEO, NUESTRA PRIORIDAD.
LA REFORMA DE LANBIDE.
Lanbide-Servicio Vasco de Empleo ha de ser la institución que canalice todas las políticas activas de empleo. Fruto del consenso y el diálogo entre los diferentes actores implicados, constituye un motor esencial en la lucha contra el desempleo y sus consecuencias negativas.
Es preciso mantener la vinculación de las prestaciones económicas de carácter social al empleo, dado que la activación para el empleo es la mejor manera de salir de la exclusión social. L@s Socialistas apostamos firmemente por un Servicio Vasco de Empleo universal, integrador y activador.
Sin embargo, la crisis económica y laboral que ha azotado también a Euskadi en los últimos años ha sido una dura prueba para una institución como Lanbide. El notable incremento del número de perceptores, como reflejo de la crisis, ha puesto en evidencia la necesidad de replantear algunos puntos clave de su funcionamiento. Será preciso abrir un debate con los agentes sociales y económicos, recuperando el espíritu de diálogo y consenso en el que se forjó, sobre la necesidad de la colaboración con los Servicios Sociales en la evaluación y gestión de las prestaciones económicas de carácter social, optimizando de esta manera el circuito integrador y activador, que ha de ser el elemento básico y fundamental de esta institución.
Se priorizará la atención individualizada a través de los servicios de orientación, formación e intermediación. En los casos más sensibles será necesaria la colaboración con los Servicios Sociales, trasladándoles aquellos casos en los que se requieran medidas adicionales previas que garanticen la mejor empleabilidad de los afectados. Esta colaboración permitirá derivar parte de la gestión que actualmente realiza Lanbide hacia instituciones más adecuadas para este tipo de situaciones.
En la coyuntura de incertidumbre económica que venimos arrastrando desde hace ya demasiados años, Lanbide es un factor de seguridad que proporciona a los desempleados los medios para salir de su situación. Es la institución responsable de ofrecer la orientación, la formación para el empleo, el apoyo al emprendizaje, así como las prestaciones económicas para los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos. Nuestro Servicio Vasco de Empleo aporta seguridad porque garantiza el cumplimiento de un doble derecho: por un lado, a recibir una prestación económica y, por el otro, a la activación social a través de la inclusión en el mercado laboral.
La inclusión social y la lucha contra la pobreza requieren la concentración de todos nuestros esfuerzos en garantizar la igualdad de oportunidades, así como la capacitación de las personas y la promoción de la participación en el mercado laboral de aquéllas que están más alejadas de él.. Asimismo es preciso reforzar los sistemas de protección social, el aprendizaje permanente y las políticas activas y completas de inclusión, dedicando especial atención a las mujeres.
Es necesario fomentar la cohesión territorial, reforzando la dimensión local de la política de empleo, mediante acuerdos que permitan compartir objetivos, definir compromisos y criterios de actuación con los agentes locales. En este sentido, será necesario definir prioridades, potenciando aquellas zonas de Euskadi donde el desempleo azote con mayor virulencia. Es preciso trabajar por el equilibrio entre las diferentes comarcas de Euskadi. L@s Socialistas nos comprometemos a trabajar para lograr eliminar todo punto negro en el mapa del mercado laboral vasco.
Es por eso que apostaremos por las ayudas para la dinamización de los Planes de Empleo Comarcales. Nuestro objetivo es trabajar por el desarrollo de un Plan de Empleo para el desarrollo local en cada una de las comarcas, buscando el mayor grado de consenso entre las instituciones y entidades de ámbito local, agentes sociales, empresas y cualquier otra entidad que colabore con el desarrollo económico y social de la comarca.
El objetivo del Partido Socialista también se centra en el acompañamiento de alta intensidad, enfocado a aquellos colectivos especialmente sensibles y que por ello requieren de un mayor compromiso por parte de las instituciones.
L@s Socialistas nos comprometemos a acompañar en la búsqueda de empleo:
- A 30.000 jóvenes, poniendo especial atención en aquellos que, como consecuencia de la burbuja inmobiliaria, abandonaron los estudios de forma prematura.
- A 10.000 desempleados mayores de 45 años de larga duración, centrando el foco en aquellos que se hayan visto arrojados al desempleo en la última etapa de su vida laboral como consecuencia de la aplicación de expedientes de regulación de empleo,
- Al mayor número de dependientes.
- A la totalidad de los perceptores de la Renta de Garantía de Ingreso que estén en el circuito de mejora de su empleabilidad.
Es también función de Lanbide impulsar el apoyo necesario para incentivar la contratación, especialmente en el caso de colectivos que necesitan de la intervención directa de las instituciones. Para tal fin, el Servicio Vasco de Empleo dispone de partidas económica específicas.
L@s Socialistas nos comprometemos a:
- Apoyar la creación y el desarrollo de las Empresas de Inserción, impulsando desde el Gobierno una reserva de mercado enfocada a la economía solidaria.
- Fomentar la contratación indefinida de personas con algún tipo de dependencia en empresas ordinarias, mediante bonificaciones automáticas con carácter indefinido de las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Nuestro compromiso es lograr un empleo estable para, al menos, 200 personas dependientes en situación de desempleo.
- Financiar el mantenimiento de los salarios de las personas con dependencia de los Centros Especiales de Empleo.
- Impulsar económicamente las Unidades de Apoyo a la Actividad Profesional (UAAP), potenciando la mejora de las competencias laborales de los trabajadores con discapacidad de muy difícil inserción, ayudando a superar las barreras, obstáculos o dificultades que se presenten en su proceso de adaptación al empleo.
LA FORMACIÓN PARA EL EMPLEO.
La formación para el empleo va necesariamente asociada al empleo de calidad. Se trata de la principal herramienta para garantizar la mejora de la calidad del empleo de los trabajadores, así como la adaptación de la empresa a los nuevos retos tecnológicos y organizativos.
Es necesario poner en marcha y desarrollar un adecuado sistema de reconocimiento y acreditación de las competencias profesionales, al tratarse del instrumento clave para reconocer de forma certificable las cualificaciones de muchos trabajadores y, con ello, lograr la mejora de sus condiciones de trabajo. En un contexto laboral con un elevado desempleo de larga duración, es preciso buscar las medidas de cualificación que permitan reconocer la profesionalidad de aquellas personas que habiendo desarrollado toda una vida laboral se encuentran en situación de desempleo como consecuencia de un expediente de regulación.
El fomento del empleo de los jóvenes y la mejora de la transición entre educación y empleo es uno de los elemento principales en la lucha contra el paro juvenil. El tránsito del sistema educativo al mercado de trabajo hay que favorecerlo con la mejora de la cualificación, el impulso del emprendimiento y el acceso a la primera experiencia laboral.
L@s Socialistas nos comprometemos a:
- Proporcionar herramientas formativas a 75.000 desempleados cada año, con el fin de mejorar su capacitación. A tal fin, los desempleados será dirigidos de manera personalizada a la formación desde los servicios de orientación. Además, se impulsarán programas de formación continua para trabajadores que deseen readecuar sus conocimientos.
- Apoyar, a través de Lanbide, una formación ajustada a las necesidades de las empresas, siempre que incluyan un compromiso de contratación. Esta formación estará enfocada a la mejora de la competitividad de las empresas y a garantizar un puesto de trabajo a aquellas personas que superen el proceso formativo. Esta formación a la carta será costeada por el Servicio Público de Empleo y a través de ella serán formados, a lo largo de los próximos cuatro años, más de 2.000 jóvenes.
- Impulsar, en el contexto del Diálogo Social y dentro de la apuesta de l@s Socialistas por la economía sostenible, programas de recualificación y mejora de la empleabilidad de aquellos empleados cualificados en el ámbito del empleo verde. Se priorizará a aquellos trabajadores desempleados mayores de 45 años. Así mismo, se desarrollarán programas de formación acordes a las demandas realizadas por el sector del empleo verde, facilitando de esta manera la adaptación del tránsito de los jóvenes desde el ciclo formativo al mercado laboral.
- Formar a más de 5.000 jóvenes y mujeres vascas en el sector económico de atención a la dependencia, buscando el desarrollo de una verdadera red de cuidadores y cuidadoras.
EL DIALOGO SOCIAL.
Fue el Gobierno socialista presidido por el Lehendakari Patxi López quien comprendió que en una coyuntura económica como la que se venía sufriendo, y cuyas consecuencias aún estamos lejos de haber dejado atrás, era preciso y necesario forjar y recuperar un espacio para el diálogo y el acuerdo entre instituciones, sindicatos y la patronal. La puesta en marcha de la Mesa de Diálogo Social sirvió para dejar atrás una época en la que el enfrentamiento y la incomunicación entre las administraciones y los agentes sociales era la norma.
Sin embargo, en los últimos años, l@s Socialistas vemos con gran preocupación la deriva en la que ha entrado la Mesa de Diálogo Social. Los avances son escasos, lo que ha llevado a los sindicatos participantes a amenazar con levantarse de la mesa y retirarse de la negociación. El Gobierno no puede ser un intermediador pasivo. Reivindicamos una Administración que recupere el papel dinamizador y sea capaz de crear el clima apropiado para el diálogo entre las partes, aportando aquellas medidas que faciliten el acuerdo entre los agentes económicos.
El Diálogo Social en Euskadi se ha de plantear sin vetos ni exclusiones, ha de estar permanentemente abierto como un espacio para la concertación de las políticas que generan y protegen el empleo y las condiciones de trabajo. Se trata de un marco donde CCOO, UGT y Confebask han sabido poner los intereses del País por encima de sus intereses estratégicos particulares, convirtiéndose en actores fundamentales en el diseño e implementación de políticas de empleo.
L@s Socialistas impulsaremos, en el seno de la Mesa de Diálogo Social, una comisión de trabajo que realice un seguimiento de la negociación colectiva en lo que a los planes de igualdad se refiere, con el fin de poder desarrollar, a lo largo de la legislatura, un Plan Integral para la Igualdad que cuente con el consenso tanto de la patronal como de los sindicatos participantes.
En esa misma línea, nos comprometemos a seguir trabajando en la negociación de los planes de igualdad en las empresas, priorizando el empleo de las mujeres, así como la igualdad retributiva en trabajos de igual valor; la formación y promoción para eliminar la segregación laboral; la adecuación de tiempos de trabajo y vida personal y familiar, y la lucha contra el acoso sexual.
La clave para que los planes de igualdad puedan cumplir de manera efectiva su objetivo es que estén articulados en la negociación colectiva aplicable en la empresa. Por ello, es de vital importancia para el logro de estos objetivos mantener un Diálogo Social fluido.
Es necesario hacer compatibles conceptos como productividad y competitividad con conciliación de la vida laboral y familiar. L@s Socialistas nos comprometemos a impulsar medidas que permitan una adaptación más flexible de los horarios de trabajo, desde la convicción de que se trata de un camino que, a través del acuerdo y el consenso, es beneficioso tanto para las empresas como para los trabajadores, aumentando la competitividad y permitiendo una mayor conciliación de la vida laboral y familiar.
Así mismo, nos comprometemos a fomentar la conciliación permitiendo la subvención del 100% de las peticiones que se presentan anualmente, así como fomentando y desarrollando medidas como el teletrabajo o la jornada flexible.
Igualmente, creemos necesario dar un impulso a la Comisión de Seguimiento de la Contratación. Desde el Gobierno trabajaremos por crear el marco necesario para poder realizar un seguimiento detallado de la contratación, así como de facilitar, a la luz de los resultados obtenidos periódicamente, aquellos acuerdos que en el seno de la Mesa de Diálogo Social pueda permitir mejorar la calidad del empleo que se crea en Euskadi.
En cuanto a la salud y seguridad en el trabajo, las cifras indican que, como consecuencia de la precarización del empleo, ha aumentado la siniestralidad laboral. Es por tanto necesario trabajar, junto con los agentes sociales, en la búsqueda de la mejora de las condiciones de trabajo. L@s Socialistas nos comprometemos a impulsar acciones formativas de los delegados de prevención. Así mismo, modernizaremos los registros y la información sobre accidentes laborales con el fin de dar la mayor claridad a su investigación. Seremos especialmente sensibles con el desarrollo de protocolos de detección y reconocimiento de la enfermedad profesional, al tratarse de la amenaza latente más importante sobre la salud del conjunto de los trabajadores.
LA INSPECCIÓN DE TRABAJO.
La Inspección de Trabajo, transferida en tiempos del Gobierno socialista de Patxi López, es una herramienta fundamental para la garantía de la calidad y del cumplimiento de la ley laboral.
L@s Socialistas nos comprometemos a:
- Impulsar una Inspección dedicada a garantizar el trabajo decente. Para ello se desarrollarán campañas de inspección orientadas a las contrataciones ilegales de agencias privadas de colocación no autorizadas en el ámbito de las empleadas del hogar; información sobre las condiciones de trabajo en los Centros Especiales de Empleo, y a la vigilancia específica en el sector de la construcción, especialmente en grandes obras públicas.
- Desarrollar campañas específicas destinadas a sensibilizar, tanto a trabajadores como empresarios, de las consecuencias del fraude laboral.
- Ampliar el cuerpo de inspectores, convirtiendo la Inspección de Trabajo en un organismo que haga cumplir la ley.
2. CRECIMIENTO ECONOMICO Y MODELO PRODUCTIVO.
MARCO PRESUPUESTARIO.
L@s Socialistas sabemos que ningún país que quiera avanzar en el progreso social puede hacerlo si no es capaz de controlar las cuentas públicas para garantizar la sostenibilidad del Estado del Bienestar y el crecimiento futuro. Por eso, l@s Socialistas Vasc@s adquirimos el compromiso de mantener la senda de cumplimiento del déficit público que le corresponda a Euskadi en el marco del Plan de Estabilidad del Estado y estabilizar el nivel de deuda pública vasca, cumpliendo así con los acuerdos y compromisos con la UE de la Administración General del Estado y del Gobierno de España a lo largo de los próximos cuatro años.
Pero la consolidación de las cuentas públicas no debe pasar por dejar que nuestro nivel de bienestar pueda sufrir disminuciones o deterioros en los servicios públicos. Por eso, lo haremos con una senda de ajuste realista y equilibrada entre gastos e ingresos, con las reformas en la fiscalidad necesarias para satisfacer esa exigencia, y alejados de la aplicación de políticas de austeridad que tanto han castigado al conjunto de la sociedad y en particular a los colectivos más vulnerables.
Pondremos la economía al servicio de la ciudadanía vasca y apostaremos por el conocimiento, la modernización industrial y la innovación.
Euskadi debe modernizar su tejido productivo bajo criterios de productividad y competitividad, dirigiendo nuestros esfuerzos hacia la formación, la I+D+i y la internacionalización.
Para l@s socialistas, la nueva economía es la economía de la prosperidad, que no sólo genera crecimiento económico con redistribución, sino también cohesión social, igualdad y más calidad de vida para los ciudadanos y ciudadanas.
Esta economía será innovadora, sostenible e inclusiva, y en ella tendrá protagonismo el conocimiento con nuevas empresas, como las de la economía digital, la economía verde o la economía social, lo que multiplicará las opciones de empleo para los ciudadanos y ciudadanas, porque habrá más sectores que lideren el crecimiento futuro.
Además de propiciar el conocimiento, la investigación y el desarrollo, queremos establecer las bases de una estrecha colaboración entre el sector público y el privado, que nos permita situarnos como sociedad en los niveles de bienestar que exige una Comunidad participada por empresas, entidades sociales, organismos públicos, colectivos de ciudadanos, entes colaborativos…, con el fin de propiciar un futuro de progreso.
Queremos un crecimiento de calidad, que no aliente la desigualdad.
Luchamos por una economía innovadora, sostenible e inclusiva, abierta a los progresos de la ciencia, interpretada a favor del bienestar de los ciudadanos. La cohesión social y la lucha contra las desigualdades intolerables son referencias en la construcción de las nuevas sociedades inteligentes, que evitan la exclusión social y dignifican la vida de sus ciudadanos.
L@s socialistas defendemos un programa modernizador y reformista que persigue impulsar aquellas transformaciones que eleven la productividad, generen cohesión social y eliminen privilegios. En definitiva, que reduzcan la desigualdad.
UNA EUSKADI MÁS PRODUCTIVA.
La economía vasca se encuentra sometida a una paradoja. Mientras sus indicadores económicos coyunturales de los últimos años son positivos en términos de PIB y renta por habitante, asistimos a un declive inexorable de carácter estructural de su peso relativo, tanto en términos de producción como de población, con relación a su peso histórico en la economía española. Esto, que los gobiernos nacionalistas se empeñan en no mencionar, es un reflejo claro de su menor vitalidad frente al conjunto del Estado y a las regiones más dinámicas de España.
Así mismo, asistimos al cierre y riesgo de desaparición de sectores productivos de larga tradición en Euskadi, como la industria del sector del acero o de tubos, entre otros subsectores industriales amenazados por amenazas de reducciones de plantillas o deslocalizaciones productivas. Y también se está produciendo la pérdida de centros de decisión de empresas innovadoras nacidas en nuestro territorio.
En 1980 Euskadi representaba el 7,6% del PIB nacional y en la actualidad no alcanza el 6%. A esto se suma un saldo migratorio negativo, una baja natalidad y una población más envejecida. Y el dinamismo demográfico es clave para el desarrollo económico de un país. Aunque en los últimos meses Euskadi ha frenado su deterioro económico y se ha incorporado al proceso de recuperación de la economía española, sus indicadores de crecimiento siguen estando por debajo de la media de esta. A pesar de la fuerte especialización industrial del tejido productivo vasco, la capacidad de adaptación, apertura al exterior y emprendimiento de nuestros empresarios y trabajadores, la gestión del autogobierno que otorga el Estatuto de Autonomía y la importante capacidad financiera disponible por las Administraciones vascas gracias al Concierto Económico, Euskadi tiene un serio problema de futuro por la pérdida de peso relativo frente a su entorno natural.
La única forma de seguir siendo competitivos en los mercados internacionales, sin menoscabo de las condiciones laborales de los trabajadores y mejorando las mismas, es aumentando la productividad por encima de la de nuestros competidores y creando productos de mayor valor añadido.
Es fundamental para nuestro bienestar y desarrollo económico que Euskadi siga contando con un tejido económico potente, abierto al mundo, y que apueste por la mejora de la productividad a través de la innovación y de la cualificación de sus recursos humanos; que se adapte al cambio estructural que estamos viviendo con la globalización y el desarrollo tecnológico, y que disponga de las necesarias dotaciones de capital físico y humano, junto a un clima social, político y económico favorable al desarrollo empresarial y a la captación de nuevas inversiones, y que desincentive el riesgo de deslocalizaciones industriales.
Euskadi debe hacer un esfuerzo para la adaptación de la economía vasca a la sociedad del conocimiento desarrollando la capacidad de innovar, de emprender y de generar nuevo conocimiento en las personas y organizaciones; estimulando la cooperación como actitud permanente de la sociedad y el fomento de la igualdad de oportunidades, así como la colaboración público-privada; promoviendo la solidaridad y la cohesión social, como elemento integrador y de acercamiento a las personas más desfavorecidas; e incorporando el medio ambiente como factor de competitividad, como un elemento de generación sostenida de riqueza.
Además, hay que crear un clima sociopolítico favorecedor de la asunción de riesgos empresariales y dotar al País de un marco institucional estable y moderno, articulando herramientas de apoyo público a las nuevas inversiones mediante la utilización de los instrumentos fiscales en el marco legal de la Unión Europea y aprovechando la disponibilidad de las infraestructuras industriales –principalmente suelo industrial-, tecnológicas, de servicios y de comunicaciones necesarias para tener una economía moderna y competitiva.
UNA APUESTA POR LA INDUSTRIA.
L@s Socialistas Vasc@s apostamos decididamente por potenciar la industria, buscando el fortalecimiento de los sectores tradicionales donde ya somos competitivos y abriéndonos a nuevos sectores que fortalezcan el tejido y permitan su diversificación y modernización. Pero siempre con un modelo económico de generación de valor suficiente para mantener y mejorar nuestros actuales estándares de vida y bienestar económico y social, y persiguiendo una mejor distribución de los frutos del crecimiento.
Tenemos que modernizar nuestro modelo productivo. Nuevos conceptos de industria como la industria 4.0, el Smart manufacturing o fabricación inteligente, o aspectos tan relevantes como la ciberseguridad, han venido para quedarse y cambiar nuestras formas de entender la actividad industrial.
Un cambio que tiene como primer objetivo mejorar la productividad e impulsar los sectores industriales y sectores avanzados de alto valor añadido, algo que es muy diferente a competir a base de precarización laboral y bajos salarios. Este modelo debe extenderse a partir de un claro refuerzo del papel de la industria en la economía, ya que su aportación a los incrementos de productividad es superior a la de los demás sectores.
Por otra parte, cuando hablamos de competitividad es importante que nuestras empresas puedan hacerlo en igualdad de condiciones con empresas extranjeras en cuanto a costes y precios, pero también en cuanto a fiscalidad, ayudas estatales (directas e indirectas), regulación medioambiental, condiciones de trabajo y de seguridad y salud. Y para ello es necesario actuar en dos vertientes: a) apoyo a las actividades empresariales responsables; y b), sanciones y limitaciones a las actividades empresariales que no cumplan las actuales normativas europeas.
El cambio hacia una economía del conocimiento descansa en el impulso de la I+D+i, elemento clave para el desarrollo de nuevos procesos, nuevas tecnologías y nuevos productos, que han de estar orientados al mercado. Es decir, son necesarias mejoras en los procesos de generación de conocimiento e innovación, para lo que habrá que mejorar el funcionamiento de la Red vasca de ciencia y tecnología y será necesario reforzar los programas de ayudas dirigidos a las empresas. Pero también habrá que ser más exigentes y analizar con mayor rigor los proyectos para minimizar el número de proyectos fallidos y evitar que se repitan casos como los de Epsilon o Hiriko.
Ese cambio de paradigma hace necesario mejorar la formación de nuestros jóvenes, siendo esta necesidad un punto de partida esencial para nuestro modelo productivo. Pero además, tenemos que dar un paso más hacia la interconexión entre el mundo empresarial y el académico, apoyando procesos de Formación Profesional Dual, de tal forma que la empresa pueda aportar los conocimientos prácticos necesarios para el ejercicio de la actividad que corresponda, mientras que la escuela suministre la teoría necesaria para el aprendizaje.
Por otra parte, es necesario reforzar nuestra presencia en el exterior, para lo que se necesita mayor esfuerzo en la internacionalización de nuestras empresas. Pero también hay que aumentar su tamaño y utilizar el potencial tractor de aquellas que ya están en el extranjero.
La Administración ha de asumir un rol de mayor liderazgo. Se necesita un Gobierno activo y dinamizador, que asuma riesgos que el sector privado no es capaz de afrontar; que acompañe a las empresas, facilitándoles su crecimiento y la apertura de nuevos mercados, como ocurre en los países más avanzados de nuestro entorno; y que ayude a optimizar los procesos de creación de nuevos proyectos, evitando la dispersión de esfuerzos o la duplicidad de ayudas e iniciativas y facilitando la generación de sinergias y tamaños adecuados para los mismos. Que se implique en organizar empresas a partir de las demandas sociales, repensando la cadena de valor, propiciando un nuevo modelo de desarrollo económico, y que no aliente la desigualdad social.
Propiciaremos una actuación inteligente de los poderes públicos para incentivar la transferencia de tecnología y generar círculos virtuosos de crecimiento sostenible y creación de empleo de alta calidad. Hay sectores que se prestan muy bien a ello y, por su capacidad de crecimiento potencial y por su aportación a una sociedad más justa y sostenible, merecen ser apoyados con determinación por los gobiernos, como son la educación, las políticas sanitarias y de envejecimiento, la eficiencia energética y las ciudades inteligentes, entre otras.
La financiación, los programas de avales, las ayudas públicas, el emprendimiento, la posibilidad de programas que favorezcan el desapalancamiento o la condonación de deudas empresariales, o alivien los problemas de liquidez de las empresas a la hora de cumplir con sus obligaciones tributarias, entre otras, configuran campos de actuación obligada para l@s socialistas.
No se puede olvidar al sector servicios asociado a la industria, que aporta valor añadido al tejido productivo y que hay que seguir potenciando. Y hay que trabajar la creatividad, tanto en la industria como en el conjunto de la sociedad vasca.
La participación de los trabajadores en la empresa obliga a las empresas a mejorar sus niveles de transparencia y vincula al trabajador con la organización. Ahora bien, es preciso articular un modelo donde los sindicatos estén también muy implicados en la gestión de la empresa.
Euskadi, sus empresarios y trabajadores, tenemos una consideración de gente seria, de fiar, emprendedora. Son valores positivos que hay que preservar. Además hay que poner en valor y socializar experiencias personales y empresariales de éxito con el apoyo de la Administración, con especial reconocimiento al pequeño empresario, al docente o investigador, y a aquellas personas que se han comprometido con el desarrollo de este País.
Nos planteamos como objetivo definido conseguir que el peso del sector industrial en el PIB vasco sea al menos tres puntos mayor que el actual y una tasa de paro por debajo del 10%, en un período de cuatro años.
Objetivos:
- Desarrollar el potencial económico endógeno de Euskadi. Diseñar Planes Estratégicos y sectoriales de carácter interinstitucional.
- Diseñar una estrategia a largo plazo para atraer a las empresas extranjeras, para construir una base industrial más sólida y diversificada con mejoras en la gestión empresarial.
- Apoyar la diversificación del tejido productivo vasco hacia nuevos sectores de futuro, en especial, hacia las actividades ligadas a las nuevas tecnologías, la biociencia y el medio ambiente.
- Apoyar el desarrollo de industrias de mayor contenido tecnológico, que se beneficien de una mayor fortaleza de la demanda exterior, y de nuevas empresas de base tecnológica.
- Poner en marcha procesos de apoyo al desarrollo de la Formación Profesional Dual.
- Actuar frente a la amenaza de las deslocalizaciones.
- Racionalizar el número y las estructuras organizativas de las Sociedades Públicas vascas.
- Revisar la Ley de Industria de la Comunidad Autónoma de Euskadi para dar mayor participación a los trabajadores y trabajadoras vascas en las empresas.
- Hacer una política de choque que ponga en el mercado una amplia oferta de suelo industrial público a precios competitivos y dotado de los servicios necesarios.
- Ampliar y mejorar las infraestructuras tecnológicas, de servicios y de transportes.
UNA APUESTA DECIDIDA POR LA INVESTIGACIÓN, LA INNOVACIÓN Y LA TECNOLOGÍA.
La generación y la adquisición de conocimiento es la llave del crecimiento económico y principal motor de competitividad de las empresas. Por ello hay que apostar por la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación como estrategia a corto, medio y largo plazo.
Los capitales intangibles (humano, empresarial, comercial, social, etc.) desempeñan un papel crucial para mantener la capacidad de competir, gracias a unos mayores niveles de productividad, cuando los costes aumentan con el nivel de renta. La investigación es una herramienta estratégica de generación de valor para la mejora de la calidad de vida. La habilidad de generar innovaciones en productos y servicios es esencial para diferenciar productos y crear mercados.
Por eso, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación son indicadores claves del potencial de desarrollo económico de un País y condicionantes de su productividad y competitividad, así como un factor determinante para lograr un crecimiento sostenible. Es fundamental para Euskadi disponer de un sistema de ciencia y tecnología dotado de más recursos humanos y financieros, en el que participen coordinadamente la Administración, la Red vasca de ciencia y tecnología, las Universidades y las empresas.
Euskadi tiene que invertir más en I+D+i si desea que su economía sea tan fuerte o más que las de sus principales competidores.
El objetivo de alcanzar el cuatro años el 3% del PIB en inversión público-privada en I+D+i, requiere movilizar instrumentos y recursos, una coordinación más estrecha entre la política de investigación y otras políticas (de reglamentación de productos, fiscal, regional, recursos humanos), y revisar en paralelo las debilidades de los sistemas de investigación y de innovación.
Objetivos:
- Promover un Plan Especial para la recuperación, incorporación y consolidación del talento científico que permita, en colaboración con las empresas, las universidades y los agentes de la red vasca de ciencia y tecnología, incorporar al tejido productivo vasco a 1.000 jóvenes investigadores en cuatro años.
- Duplicar la inversión pública en I+D+i en la legislatura.
- Reformar el sistema de deducciones fiscales por I+D+i: La SPRI expedirá sin coste alguno las certificaciones tecnológicas necesarias para las deducciones fiscales por I+D de las empresas, con el fin de mejorar la eficacia del sistema de incentivos fiscales a la I+D+i. Además, se extenderán los incentivos fiscales a los inversores privados que invierten en jóvenes empresas innovadoras, dado que estas empresas frecuentemente no pueden aprovechar los incentivos al no tener beneficios en los primeros años de vida.
- Establecer un nuevo programa de estímulo de la cooperación público-privada en investigación industrial, que financiará con subvenciones de hasta el 50% proyectos orientados a una investigación de largo plazo en áreas tecnológicas de futuro y con potencial proyección internacional.
- Impulsar la Compra Pública Innovadora (CPI). Dedicaremos el 3% de todas las nuevas inversiones públicas a Compra Pública Innovadora e incluiremos criterios de sostenibilidad ambiental.
- Configurar en Euskadi una economía intensiva en conocimiento. Fomentar la difusión y la integración de los conocimientos a través de las agrupaciones, la internacionalización, la cooperación interregional y la fertilización intersectorial.
- Avanzar hacia la excelencia y la generación de valor para las empresas. Crear agrupaciones y centros de excelencia investigadora, implicando a los mejores expertos e investigadores del mundo en proyectos propuestos por la Universidad y que impliquen la participación de equipos internacionales.
- Apoyar los proyectos tecnológicos actuales en áreas clave para el desarrollo tecnológico vasco y estimular las nuevas generaciones de industrias sostenibles de futuro.
- Potenciar la red de Parques y Centros Tecnológicos y su conexión con el mundo empresarial y universitario, ligándolos a la formación de nuevos profesionales, y apoyar la participación vasca en la creación de parques y plataformas tecnológicas europeas.
- Potenciar la Creatividad de la sociedad vasca, como medio para la generación de nuevas ideas y proyectos.
- Revisar el funcionamiento del sistema de ciencia y tecnología, y actualizar y reforzar el Plan de Apoyo a los Centros Tecnológicos, para la financiación de sus actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i ) y de nuevos proyectos de inversión y de modernización de sus equipos e infraestructuras.
INTERNACIONALIZACIÓN DE LA EMPRESA VASCA.
La industria vasca ha hecho un gran esfuerzo de internacionalización durante los últimos años, lo que se refleja tanto en las cifras de exportación como en las inversiones en el extranjero. La falta de dimensión de nuestra industria dificulta, por sus costes, la capacidad de emprender proyectos importantes de carácter internacional o las posibilidades de inversión en I+D.
En Euskadi la SPRI es un instrumento muy importante en el ámbito industrial, pero necesita una profunda revisión de su organización y estrategias de actuación, para dar mayor participación a otros agentes públicos y privados en la internacionalización de la economía vasca. Hay también necesidad de lograr una mayor colaboración con la Administración local y los agentes de promoción económica de la Administración Central.
El Gobierno vasco ha de ayudar a configurar un entorno más amable y atractivo para la implantación en Euskadi de actividades productivas estratégicas. Asimismo ha de ayudar a la implantación internacional de los productos y de las empresas con sede en Euskadi.
Es preciso conseguir una posición favorable del tejido productivo vasco en el contexto español, europeo e internacional. Ésta es la estrategia más operativa para hacer frente a la pérdida de centralidad de Euskadi en el contexto productivo español.
Objetivos:
- Potenciación del Consorcio Vasco de Internacionalización. Coordinar las actuaciones de apoyo a la internacionalización bajo un organismo provisto de una identidad jurídica que le permita operar con flexibilidad y autosuficiencia financiera (con capitalización pública e ingresos privados). Todas las actuaciones se programarán para que sirvan a la internacionalización de pequeñas y medianas empresas.
- Convertir Euskadi en sede de empresas multinacionales, así como de pequeñas y medianas empresas extranjeras y de emprendedores que quieran hacer negocios o invertir fuera de su país. Potenciar la posición competitiva de las empresas filiales de multinacionales ubicadas en Euskadi.
- Favorecer la aparición de empresas grandes, capaces de competir en la primera fila de una economía globalizada; empresas que tienen que tener la sede y los centros de decisión y de I+D en Euskadi.
- El afianzamiento y crecimiento de los grupos industriales con sede en Euskadi exige su internacionalización física. Establecerse en el extranjero ayuda a ganar cuotas efectivas de mercado y ayuda también a exportar. Es preciso que el sector público ayude, en la línea iniciada por la empresa privada, impulsando programas específicos, como los de movilidad de jóvenes profesionales; y, fundamentalmente, facilitando el acceso al mercado de capitales para que las empresas de tamaño medio y grande puedan dar el salto y convertirse en verdaderas multinacionales vascas.
- Promover la reforma de la SPRI. En este marco, poner a punto un nuevo plan de promoción de las exportaciones industriales, liderado por esta sociedad pública, con el apoyo y la participación de los sectores empresariales y de forma coordinada con el ICEX.
- Potenciar la diversificación de mercados.
AUMENTAR EL TAMAÑO EMPRESARIAL.
El mayor tamaño de la empresa aporta ventajas competitivas, como el menor coste de la financiación, una mayor propensión a la internacionalización, más capacidad innovadora, mayor productividad, etc. A su vez, ese mejor posicionamiento revierte en otro tipo de ventajas, como su mayor aportación a la recaudación de fondos públicos, más estabilidad empresarial y mayor calidad del empleo.
En consecuencia, el incremento de tamaño de las empresas vascas es un reto y prioridad de primer orden para la políticas públicas, que deben remover los obstáculos que están dificultando ese aumento de dimensión y adoptar medidas de estímulo y programas específicos que lo propicien (fomento de la cooperación y alianzas empresariales que actúan como semillas de futuras fusiones; sensibilización sobre el cambio de la actitud y la cultura empresarial al respecto; impulso a los procesos de integración, concentración y/o convergencia; alineamiento de los esfuerzos de los múltiples agentes implicados en la promoción de la relevancia de la dimensión empresarial; estímulos fiscales, y otros).
Objetivos:
- Propondremos la revisión de toda la regulación diferencial fiscal, laboral, mercantil y administrativa que desincentiva el crecimiento en tamaño de las empresas y plantearemos la modificación de dichas normativas con un doble criterio: Primero, evitar los cortes radicales ligados a determinados tamaños de empresa, que actualmente son especialmente significativos en relación a las que superan los 50 empleados, introduciendo un factor de progresividad; Segundo, establecer períodos transitorios de acomodación, de manera que se facilite el tránsito de un régimen a otro cuando el crecimiento del tamaño empresarial exige o recomienda dichos cambios normativos.
- En particular, revisaremos el régimen de ayudas pública ligado a las pymes, de manera que la perdida de tal condición (tamaño) no conlleve necesaria y/o bruscamente la perdidas de las ayudas públicas, pues actúa de freno o desincentivo a su crecimiento.
- Promoveremos el acceso de las empresas de menor tamaño a la contratación administrativa, facilitando la tramitación en los procedimientos de modo que la limitación de medios técnico-administrativos habitual de las empresas menores no sean un obstáculo. Democratizaremos así ese nicho de mercado, que puede actuar como revulsivo para el crecimiento de las empresas.
- Lanzaremos un Fondo Estratégico de Apoyo a los procesos de fusión e integración empresarial, como gran programa público-privado dirigido a financiar los procesos de asesoramiento y acompañamiento en los proyectos empresariales de fusión, adquisición o cooperación.
- En particular, dicho Fondo incluirá las herramientas para facilitar y abaratar la financiación en todos esos proyectos empresariales orientados a la fusión, adquisición o cooperación empresarial.
- Promoveremos el establecimiento de un régimen fiscal que incentive y apoye los procesos de fusión o adquisición empresarial.
COOPERACIÓN EMPRESARIAL.
Las empresas han de cambiar de clave y adentrarse en un universo colaborativo del que sacarán más rendimiento. Deben aprender a establecer sinergias con empresas que para nada tienen que ver con su actividad, e incluso llegar a acuerdos de colaboración con quienes, a priori, pueden ser su competencia natural.
Objetivos:
- Incrementar la vinculación entre pymes y grandes empresas, potenciando la creación de sinergias.
- Crear canales de distribución conjuntos, que sirvan para diferentes tipos de productos de distintas empresas.
- Generar plataformas de compra conjunta; por ejemplo, en energía.
- Potenciar el aumento de la dimensión de las empresas.
- Informar y asesorar a las pymes sobre los recursos disponibles para financiar proyectos de inversión, mejorando los canales de comunicación existentes en la actualidad.
- Propiciar la diversificación de actividades en las empresas que no juegan un papel de tractoras.
- Promover medidas de diagnóstico y mejora de la competitividad a través de herramientas y modelos simplificados, adaptados a las posibilidades de las empresas.
- Desarrollar planes específicos orientados a favorecer el consumo de productos y servicios locales.
EUSKADI, UN PAÍS DE EMPRENDEDORES.
Euskadi ha destacado siempre por su espíritu emprendedor. Tenemos que seguir generando nuevas empresas, para lo que hay que apoyar fuertemente a los nuevos emprendedores y poner en valor la figura del empresario/a que arriesga e innova en la generación de riqueza y empleo, mediante nuevos productos competitivos, de calidad, innovadores y de alto valor añadido.
El desarrollo del espíritu empresarial y la iniciativa emprendedora son una valiosa habilidad social y productiva que objetivamente enriquece la capacidad global de una sociedad, así como un espacio fundamental para ofrecer una auténtica igualdad de oportunidades y una nueva forma de entender la redistribución de los recursos de todas las personas que quieren emprender una actividad económica o social.
L@s socialistas consideramos que el papel de la innovación y el apoyo del capital riesgo a las nuevas empresas son muy importantes para el desarrollo económico de un país, y que la Universidad también debe jugar un papel dinamizador e innovador.
La creación de nuevas empresas de base tecnológica (NEBTs) surgidas de los entornos de investigación académica y de los centros tecnológicos representa una de las principales modalidades de transferencia de mayor valor añadido y contenido tecnológico, elevando la base innovadora del tejido productivo. Además, facilitan la incorporación de investigadores y jóvenes a la actividad empresarial, por lo que tienen un papel clave en la modernización económica de Euskadi.
Objetivos:
- Apoyar la creación de nuevas empresas y fomentar la asunción de riesgos y el desarrollo del espíritu y la iniciativa emprendedora de la sociedad vasca en su conjunto. Elaborar un Plan interinstitucional de Apoyo a la Creación de Nuevas Empresas y al Autoempleo, en el que se incida específicamente en el apoyo a las mujeres emprendedoras y a colectivos de emprendedores con más dificultades para el acceso a los mercados (mayores de 40 años, jóvenes, parados de larga duración, inmigrantes, etc.).
- Aumentar los recursos destinados a capital riesgo para nuevos proyectos e impulsar la aparición de nuevos modelos de préstamo del sistema financiero que sean accesibles a las nuevas empresas o a las empresas en crecimiento.
- Generar nuevas empresas de base tecnológica.
- Promover proyectos de desarrollo social y comunitario. Crear Fondos de capital riesgo para el desarrollo social y comunitario en Euskadi, incentivando fiscalmente la inversión privada en desarrollo social y dando un mayor respaldo a las instituciones financieras orientadas al desarrollo social, junto con una aportación por parte del Gobierno de fondos equivalentes a los de origen privado (emprendedores, profesionales del capital riesgo, bancos, fondos de pensiones y empresas).
- Impulsaremos la figura de la Excedencia para Emprender, con reserva del puesto de trabajo a aquellas personas que inicien un proyecto empresarial.
- Aprobar una Estrategia Integral de Impulso a los Emprendedores Tecnológicos que les dote de un marco legal adecuado, incluyendo medidas a medio plazo fiscales, regulatorias, financieras y de apoyo específicas para este tipo de empresas. El objetivo es que en Euskadi se creen en cada año de la legislatura 50 Startups tecnológicas con un fuerte componente de innovación, ligadas a la economía digital e Internet.
- Oficializar una Ventanilla única, que coordine las actuaciones de las distintas Administraciones vascas, en la que el emprendedor encuentre apoyo en temas legales y fiscales, de gestión empresarial, aspectos financieros, protección de patentes, acceso a inversores y subvenciones, trámites legales, etc.
PYMES, EMPRESA FAMILIAR Y AUTÓNOMOS.
Euskadi tiene un tejido empresarial basado en las pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales son de carácter familiar, que son la principal fuente de empleo del país. Las empresas vascas tienen que poder desarrollar el papel clave que han tenido históricamente en términos de creación de riqueza, empleo y capacidad exportadora. Los principales retos que afronta este tejido son la competitividad en la sociedad del conocimiento, lo que requiere mejoras de la productividad y la creación de valor por encima de otros factores que han sido importantes en el pasado, así como la capacidad para generar, vía fusiones o alianzas de empresas, entidades de mayor tamaño que compitan globalmente.
Las empresas más pequeñas son las que presentan una mayor debilidad y debieran ser objeto de una especial atención por parte de las actuaciones públicas. Las políticas de competitividad del Gobierno vasco han atendido principalmente a las empresas medianas y grandes, entre otras cosas porque se ha primado la innovación tecnológica basada en la I+D, que no es la actividad básica en que descansa la innovación de las pequeñas empresas. Debería hacerse un esfuerzo particular por impulsar los tipos de innovación más acordes con las características de estas pequeñas empresas (por ejemplo, innovación organizativa y comercial), que son precisamente en los que las empresas vascas presentan mayor debilidad relativa.
A su vez, los trabajadores autónomos o por cuenta propia cuentan cada vez con una mayor presencia en una actividad económica, que se ha ido terciarizando. En el País Vasco constituyen actualmente un colectivo de alrededor de 174.000 personas que va en aumento. En muchos casos, suponen auténticas micro-empresas que emplean a otras personas, por lo que merecen una atención y apoyo desde los poderes públicos que no siempre han tenido.
Creemos fundamental en nuestra economía que la pequeña empresa y los autónomos tengan los medios necesarios para desarrollar su actividad y cuenten con la colaboración del sector público, que promueva y apoye una forma de producir y de organizar la sociedad de forma más justa y sostenible.
En el marco actual, algunos de los retos que las pequeñas empresas afrontan y que dificultan su continuidad son: la dificultad de acceso a financiación; la necesidad de modernizarse e integrarse en la economía del conocimiento; la mezcla de la dinámica familiar y la empresarial en la dirección de la empresa –sucesión, reparto de funciones, fiscalidad de la sucesión, etc.-, o la poca transparencia en las actuaciones de la Administración autonómica, especialmente en términos de contratación, concesiones, financiación, ayudas…
En clave de empresa familiar es más difícil encarar con éxito el relevo generacional en un entorno cada vez más complejo para la supervivencia de las pymes, donde es difícil plantear proyectos a largo plazo.
Objetivos:
- Generar un entorno estimulante para los emprendedores y los pequeños empresarios, así como para la continuidad de las empresas familiares, y fomentar que una parte importante de la inversión vaya a nuevos proyectos empresariales.
- Generar entornos que impulsen y faciliten la colaboración entre empresas en todos los niveles, desde alianzas temporales hasta fusiones para afrontar proyectos de mayor nivel, para ser más competitivas en una economía globalizada.
- Fomentar la formación y la cualificación del capital humano, facilitando el acceso a la formación de los directivos y los trabajadores/as de las pymes.
- Facilitar el acceso a la financiación para proyectos empresariales nuevos o de expansión. Potenciar el desarrollo de nuevos mecanismos de financiación que representen alternativas reales para proyectos empresariales de pymes.
- Impulsar la creación de centros de transferencia de tecnología. Mejorar el acceso a la innovación y a la tecnología de las pymes y de las microempresas; acercar los Centros Tecnológicos y la Universidad a las pymes, fomentando el aprovechamiento de sinergias y colaboraciones.
- Facilitar el acceso a la financiación por la vía de incentivar a algunas entidades financieras a reducir el exceso de garantías exigidas; promover alternativas de financiación dirigidas a las pymes (créditos blandos, préstamos a largo plazo, fondos de inversión empresarial, capital riesgo para pymes…) y a sus proyectos de expansión, intentando que se abran a todos los sectores –no tecnológicos y empresas pequeñas– y creando marcos de relación entre capital y emprendedores.
- Incentivar con estímulos fiscales y financieros y dar apoyo a los procesos de planificación de la sucesión en empresas familiares de acuerdo con unos ciertos criterios y estándares de calidad (protocolo familiar, normas de buen gobierno, etc.).
- Apoyar a los autónomos simplificando los trámites para el inicio de su actividad, facilitando su acceso a los programas de emprendimiento y formación. Así mismo, se respaldará la mejora del tratamiento de este colectivo en el régimen de la Seguridad Social (cotización, altas y bajas) y se creará un programa de subvenciones específico para ayudar a los autónomos que hayan fracasado a emprender una nueva actividad.
- Revisar el sistema de pago de impuestos de este colectivo, de forma que sus miembros contribuyan por los rendimientos netos que reciben. Además, modificaremos el sistema de retenciones de impuestos de los autónomos para que se adapten a los ingresos realmente percibidos en cada periodo, lo que facilitará el inicio de la actividad y responder mejor a las situaciones de crisis del negocio.
APOYO A LA ECONOMÍA SOCIAL.
La Economía Social es en nuestro país un elemento fundamental si se quiere hablar de una economía de progreso y de distribución de la riqueza, ya que se debe tener presente la aportación que realiza a la creación de riqueza y empleo. Su importancia no se deriva exclusivamente de los factores cuantitativos sino también de los cualitativos.
Se reconoce que las cooperativas y sociedades laborales, así como el resto de entidades y empresas de la economía social, son fruto de la iniciativa y la actitud emprendedora de un colectivo de personas, generadoras de trabajo estable y de calidad, e innovadoras.
Por su configuración, funcionamiento democrático y finalidad, se adaptan a la propuesta de empresas socialmente responsables que promueve la Comisión Europea. Al mismo tiempo, su aportación a la cohesión social y al crecimiento sostenible les otorga un papel clave en el propio desarrollo local.
En este ámbito, la actitud de l@s socialistas será de verdadero cambio. Un compromiso que queremos basar en la colaboración, concertación y corresponsabilización entre la sociedad y las entidades y empresas de economía social, con un apoyo decidido del sector público. Planteamos una alianza estratégica que ha de orientarse a la resolución de los retos que tienen planteados, por una parte, la economía social como tal, y por la otra la sociedad a la hora de conciliar el crecimiento del bienestar de las personas con una economía plural sostenible y con una dimensión humana.
Objetivos:
- Fomentar el crecimiento del sector de la economía social e incentivar la generación de nuevas iniciativas de trabajo asociado y de fomento cooperativo como forma de construcción de nuevas modalidades de democracia económica.
- Dar apoyo a los procesos que permitan la mejora de la calidad de los bienes y servicios que producen, para favorecer su consolidación empresarial y la mejora de su valoración económica y social, incrementando el nivel de conocimiento de las técnicas de gestión empresarial.
- Impulsar la constitución de consorcios y redes de cooperación sectorial, intersectorial, territorial y transnacional, para reforzar su capacidad de actuación, contratación, negociación y representación.
- Actuar transversalmente desde el Gobierno para dar apoyo a este sector en materia de formación, ayudas fiscales, reconocimiento de derechos sociales, innovación y calidad, transferencia de tecnologías e implantación de las tecnologías de la información.
- Apoyar el pago único de la prestación por desempleo, sin limitaciones, para aquellas personas que tras finalizar una relación laboral con una cooperativa o sociedad laboral tienen la posibilidad de pasar a ser socias de trabajo de esta misma cooperativa.
- Reconocer a las organizaciones de representación del sector de la economía social la presencia de aquellos órganos en las administraciones públicas que tengan prevista la participación de agentes sociales y económicos para el diseño y/o consulta de las políticas referidas a la economía, empleo, asuntos sociales, formación y cualificación profesional, y relaciones laborales y contratación.
- Crear el Instituto Vasco de la Economía Social para que desarrolle, con una dotación económica y organización adecuadas, la promoción, la divulgación y el fomento del sector y de sus principios y valores sociales.